Mini-Reseña: Shinchou Yuusha: Kono Yuusha ga Ore Tsueee Kuse ni Shinchou Sugiru

// Genero: Acción, Aventura, Comedia, Fantasia

// Director: Masayuki Sakoi // Estudios: White Fox

// N° Episodios:12 // Año:2019

Estrenada el 2 de octubre durante la temporada de otoño del 2019, Shinchou Yuusha, cuyo título original y excesivamente largo se traduciría al española algo así como, “El héroe cauteloso: Este héroe es demasiado cauteloso para mí”, es la adaptación al anime de la serie de novelas ligeras escritas por Light Tuchihi e ilustrada por Saori Toyota, que se viene publicando desde el 2016, siendo el anime una producción de los estudios White Fox bajo la dirección de Masayuki Sakoi (Needless, Neppuu Kairiku Bushi Road, etc.).

Formando parte de la ola de animes de temática isekai que nos atosigo durante los meses finales del 2019, Shinchou Yuusha originalmente no fue una serie que llamara particularmente mi atención previo a su estreno, mirándose desde afuera sólo como otro título más de este estilo, más ya entrado en el me topé con una obra si bien no muy original en premisa y fórmula, yéndose la misma por ser una parodia de los trabajos de esta temática, sobre un héroe invocado a un mundo en peligro para salvarlo, el mismo al final término brillando gracias a lo que fue su dupla protagónica, quienes con una muy buena química lograban hacer  una pareja cómica bastante consistente que volvieron a la serie por demás amena de seguir.

El anime pues como ya venía comentando, se trata de un título de fórmula bastante típica, una obra de aventura y fantasía dada a la comedia, que nos presenta como protagonista a Ristarte, una diosa medio pervertida y algo inútil a la que se le da la misión de invocar un héroe para salvar un mundo aterrorizado por un rey demonio y su sequito, una tarea al parecer bastante común en el mundo de los dioses, el problema es que el mundo elegido es particularmente complicado, por lo que Ristarte tras buscar entre hojas de posibles candidatos elije a uno con estadísticas sobresalientes, Seiya, un joven japonés  atractivo y de gran talento, aunque algo frío y estoico, que a primera vista parece perfecto para el trabajo, salvó por un pequeño detalle que la diosa no se molestó en revisar, y es que Seiya es estúpidamente  precavido al punto de la obsesión, si va a comprar una armadura compra 3 del mismo tipo para tener 2 de reserva, si va a adquirir hiervas medicinales las compra  en lotes de cientos o miles, desconfía de todo y de todos, siempre pensando que podría ser un enemigo disfrazado, y cuando va a luchar contra un contrincante, incluso si este es un triste slime, no duda en usar técnicas definitivas a la primera para erradicarlo, y después repetir el movimiento para asegurarse de calcinar sus restos, y después hacerlo una vez más sólo por si acaso.

Ante este particular héroe que ni siquiera se atreve a salir del reino de los dioses e ir al mundo que tiene que salvar sin realizar antes un entrenamiento intensivo previo para aumentar tanto como pueda su nivel, Ristarte no tendrá más que dolores de cabeza, discutiendo constantemente con Seiya Para que esté se lance a la aventura,  esto a la vez que la diosa no puede dejar de babear por el físico de su compañero, quien por su parte la considera poco más útil que una hierba medicinal reutilizable con patas.

Está relación aunado a la personalidad y actuar de la  de la diosa, que podríamos describir cómo caricaturesca, se terminan volviendo como ya comentaba el gran atractivo de la obra, dando paso así a interacciones por demás entretenidas y absurdas entre estos dos personajes, como también con los secundarios que irán apareciendo durante el transcurso de la serie, cosa que es de agradecer ya que por otro lado la historia que intenta presentar, ciertamente además de bastante cliché no es que resulte particularmente interesante o atractiva, cosa que me lleva a lo que para mí es el mayor problema con la serie y ese sería su final, donde al título por alguna razón le da por ponerse serio y dramático de un momento a otro perdiendo en el proceso mucho de su encanto.

No es que la conclusión en si fuera mala o no tuviera sentido, otro título con el mismo final hubiera podido funcionar bien, y durante el transcurso de la serie se nos da suficiente información y pistas para que lo mostrado no pareciera ser sacado de la manga.  El problema aquí viene por el cambio de tono del anime tan repentino en los últimos dos capítulos, y es que si bien la serie ya había presentado algún que otro momento medianamente serio durante su desarrollo, estos en general no duraban mucho y tendían a ser rematados con algún chiste, por lo que la transición aquí no sólo se sintió un poco forzada si no que despojo a anime de su mayor atractivo, su comedia.

Pero bueno fuera de esto Shinchou Yuusha realmente no es que tenga mayores falencia, no resulta para nada un anime sobresaliente, pero es un título entretenido y divertido que en general se digiere sin muchos inconvenientes y con el que es fácil disfrutar.

Visualmente hablando la serie no es ninguna maravilla, entregando un conjunto de animación, diseños y fondos bastante estándar, más por otro lado en el transcurso de sus 12 episodios también logra ofrecernos un abanico de expresiones faciales bastante divertida, la mayoría venidas de mano de Ristarte, la cual como ya mencionaba es un personaje muy caricaturesco, y no sólo en su forma de ser sino también de moverse y expresarse, cosa que la hace el personaje más resaltante en este apartado.

Finalmente de la música no hay mucho que decir, el OST está bien supongo pero realmente nunca llegue a notar que estaba allí, así mismo tanto sus temas de opening como si tema de ending los encontré visual y musicalmente muy olvidables.

Una serie entretenida que destaca por la buena química cómica de sus dos protagónicos, pero que de allí en más realmente no es que tenga mucho que le haga resaltar, es un título cumplidor y para pasar el rato no viene mal, pero al final del día no es como que sea un trabajo precisamente memorable